Primero que nada se debe saber que la virginidad se le atribuye al himen, este es una membrana delgada y frágil que se encuentra en el interior de la vagina a pocos cm de la entrada. Existen tantos tipos de hímenes como mujeres; vale decir que no existen 2 iguales. No obstante se rigen por algunas generalidades.
La ruptura del himen no es igual en todos los casos; podemos encontrar chicas que ya no lo tienen a pesar de que no han sostenido nunca una relación sexual y también podemos encontrar chicas que lo tienen hasta que dan a luz su primer hijo. Esto ocurre porque el himen en algunas mujeres puede romperse por un trauma fuerte (una caída por ejemplo), montando bicicleta o a caballo. En el segundo caso se puede presentar el himen recalcitrante; el cual presenta gran elasticidad y por tanto es muy difícil de romper. Con este tipo de himen, el coito puede ser doloroso y en ocasiones se debe recurrir a soluciones quirúrgicas.
Ahora bien. El centro de placer sexual femenino es el clítoris, no se descarta que existen otras zonas erógenas como los senos o el punto G, pero fundamentalmente es el clítoris el que activa los centros del placer femenino. Teniendo en cuenta que el clítoris se encuentra en el exterior de la vagina, no es necesario introducir nada para obtener un orgasmo. Basta la estimulación externa, bien lubricada (con las manos limpias) para alcanzar el umbral de excitación que permite a la mujer acceder al máximo placer.
En consulta muy a menudo las chicas me preguntan si la primera relación sexual es dolorosa; la respuesta es: No debería ser doloroso. Posiblemente se experimente alguna molestia fugaz, pero no dolor. El motivo del dolor en la primera relación está mas vinculado a la tensión nerviosa y a la contracción de los músculos de la vagina, precisamente porque se cree que va a doler. Es la misma reacción que tenemos cuando nos van a inyectar y apretamos fuertemente las nalgas, evidentemente así duele mas la inyección. Una mujer excitada sexualmente, pero que mantiene los músculos relajados y está predispuesta al disfrute, lubrica mejor el interior de su vagina y permite la experiencia de manera mas placentera y sobre todo sin dolor. Otras condiciones, como un lugar incomodo para sostener una relación sexual o el no sentirnos confortables emocionalmente también hacen la experiencia menos apetecible, se genera mas tensión y se acerca mas al dolor.
Como en anteriores artículos, les dejo la recomendación de conocer sus partes intimas, masturbarse, y reconocer el derecho que todas tenemos al disfrute sexual, solo con las limitaciones que nosotras mismas nos impongamos por nuestros gustos y preferencias y no por juicios o prejuicios ajenos.
La ruptura del himen no es igual en todos los casos; podemos encontrar chicas que ya no lo tienen a pesar de que no han sostenido nunca una relación sexual y también podemos encontrar chicas que lo tienen hasta que dan a luz su primer hijo. Esto ocurre porque el himen en algunas mujeres puede romperse por un trauma fuerte (una caída por ejemplo), montando bicicleta o a caballo. En el segundo caso se puede presentar el himen recalcitrante; el cual presenta gran elasticidad y por tanto es muy difícil de romper. Con este tipo de himen, el coito puede ser doloroso y en ocasiones se debe recurrir a soluciones quirúrgicas.
Ahora bien. El centro de placer sexual femenino es el clítoris, no se descarta que existen otras zonas erógenas como los senos o el punto G, pero fundamentalmente es el clítoris el que activa los centros del placer femenino. Teniendo en cuenta que el clítoris se encuentra en el exterior de la vagina, no es necesario introducir nada para obtener un orgasmo. Basta la estimulación externa, bien lubricada (con las manos limpias) para alcanzar el umbral de excitación que permite a la mujer acceder al máximo placer.
En consulta muy a menudo las chicas me preguntan si la primera relación sexual es dolorosa; la respuesta es: No debería ser doloroso. Posiblemente se experimente alguna molestia fugaz, pero no dolor. El motivo del dolor en la primera relación está mas vinculado a la tensión nerviosa y a la contracción de los músculos de la vagina, precisamente porque se cree que va a doler. Es la misma reacción que tenemos cuando nos van a inyectar y apretamos fuertemente las nalgas, evidentemente así duele mas la inyección. Una mujer excitada sexualmente, pero que mantiene los músculos relajados y está predispuesta al disfrute, lubrica mejor el interior de su vagina y permite la experiencia de manera mas placentera y sobre todo sin dolor. Otras condiciones, como un lugar incomodo para sostener una relación sexual o el no sentirnos confortables emocionalmente también hacen la experiencia menos apetecible, se genera mas tensión y se acerca mas al dolor.
Como en anteriores artículos, les dejo la recomendación de conocer sus partes intimas, masturbarse, y reconocer el derecho que todas tenemos al disfrute sexual, solo con las limitaciones que nosotras mismas nos impongamos por nuestros gustos y preferencias y no por juicios o prejuicios ajenos.
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